Paterna: Flamenca y Cantaora

Hoy en día es un hecho prácticamente aceptado por la mayoría de los investigadores del flamenco que el cante por Peteneras tiene su origen en Paterna de Rivera (Cádiz). Pero Paterna no solo es la Cuna de la Petenera; el cante flamenco es una de sus principales manifestaciones culturales, tan arraigado entre su gente, que ha dado todo un elenco de importantes cantaores de renombrada fama. Y es que el Flamenco y la Petenera son señas de identidad cultural de este blanco pueblo gaditano.

Desde su fundación, “El Alcaucil”, en su afán por recuperar el rico acervo cultural de nuestro pueblo, ha venido desarrollando numerosas actividades en torno al cante, la petenera y la promoción de artistas y aficionados locales. Continuando esta labor de difusión y promoción esta asociación pretende ahora abrir este espacio dedicado al flamenco en Paterna con especial interés en sus cantaores y al cante que le da fama, la Petenera.



8/9/08

TEORÍAS SOBRE EL ORIGEN DE LAS PETENERAS


Premio Concurso de Exaltación de la Petenera o Investigación de su Cante, edición año 2007. Artículo publicado en la revista "El Alcaucil" de Paterna (Cádiz) nº 44.

La Petenera es uno de los cantes más enigmáticos del Flamenco. El halo de misterio, el mito y la leyenda que envuelven sus raíces e historia, han atraído a numerosos investigadores que han propuesto múltiples teorías sobre sus orígenes. Exponemos brevemente a continuación las más conocidas y aceptadas.


1. ORIGEN HISPANOAMERICANO

A) Procedencia de Cuba o Santo Domingo

Antonio Machado, “Demófilo”, en su Colección de Cantes Flamencos de 1881 se hacía eco de la posible procedencia del cante por Peteneras, que para los viejos cantaores de la época, tenía su origen en una cantaora de flamenco nacida en Málaga o en La Habana.

Sin embargo Demófilo rechaza ambas creencias, ni de Málaga ni de La Habana, aunque ve cierta similitud entre las peteneras y el punto de la Habana, el hecho de cantarse pícaramente.

Y es que cuando Demófilo escribió esta obra en el último tercio del siglo XIX, estaban de moda por entonces una serie de canciones populares como “el punto de la Habana” y “el paño moruno”. Será la interacción de estas canciones populares con el flamenco, según algunos autores, que dé como resultado las peteneras, obteniendo, en dicha época, tanta fama y popularidad como los cantes grandes del flamenco.

Para otros autores la Petenera es un cante de origen hispanoamericano porque parece ser que fue bastante cantada en Cuba y Santo Domingo y porque algunas de sus letras hacen referencia a la Habana.

Incluso Estébanez Calderón en su famosa “Asamblea General” de 1847 señala que una cantaora y bailaora llamada Dolores que interpretó unas coplillas que los aficionados llaman peteneras, “llega de Cádiz y allende el mar”. Esta referencia ha hecho pensar a otros autores que tal vez ese cante, pudo venir de La Habana u otro lugar hispanoamericano y encontrar en Paterna una intérprete idónea que lo popularizó en los ambientes flamencos.

B) Procedencia del Petén

Para otros autores la petenera procede de una región de Guatemala llamada El Petén. Derivaría de un cantar triste y melancólico que los indios solían entonar y que fue introducido en España por el puerto de Cádiz, aflamencándose en nuestro país al contactar con los cantaores andaluces. El nombre Petenera procedería por tanto de Petén.
El Petén es una región bastante amplia que comparte además de Guatemala, también Méjico, país donde se ha documentado la primera referencia sobre las Peteneras a principios del siglo XIX, concretamente en una actuación en el Teatro Coliseo de Méjico en que la petenera aparece como un baile.

Otros estudiosos defienden que la Petenera es un palo de ida y vuelta. Una de las tantas tonadas o canciones populares peninsulares viajó a América con los conquistadores y una vez arraigada allí, concretamente en El Petén, entre Guatemala y Mexico, impregnada de las influencias nativas y dotada del nuevo nombre de Petenera, en honor al lugar donde tuvo lugar esta transformación, regresa a España donde se aflamenca gradualmente en la época del café cantante y se incorpora a los cantes flamencos como un palos más.

La región del Petén se localiza entre la Península de Yucatán y el Norte de Guatemala, siendo considerada la cuna de la gran cultura Maya, donde en la actualidad se encuentran los grandes Centros Arqueológicos de esta cultura precolombina. Jugó un importante papel en las relaciones hispanoamericanas, pues era núcleo principal de conexión entre América –La Habana especialmente- y los puertos del sur de España: Sevilla, Cádiz y Málaga.

En México existe un género musical muy extendido en todo el territorio nacional con una importante variedad regional: el son. Se le llama son a gran diversidad de estilos de música y baile cultivado por la población indígena mestiza, cuyas raíces se encuentran en la música tradicional española que los conquistadores importaron al Nuevo Mundo. En la región occidental de México, en la zona de la Huasteca, florecen los sones huastecos o huapangos. Se interpretan en esta región dos tipos de sones: unos tocados en tonos mayores, de ritmo rápido y coplas alegres; y otros en tonos menores, tocados mas lento y de contenido más melancólico, romántico y a veces trágico. Generalmente se bailan estos sones sobre un entablado de madera; la palabra huapango significa literalmente “tarima de madera”.

Uno de estos sones es La Petenera mexicana, un ritmo de origen español, muy tradicional en México, cuyas coplas tratan sobre temas marinos, mujeres, amores y desamores, la soledad..., muy en consonancia con la nuestra flamenca.

Petenera, Petenera
dame de tu palo un ramo
quién te puso picarona
ay solita ya lo ves
quién te puso picarona
que Petenera te llamo.
Petenera, Petenera
dame de tu palo un ramo.
2. ORIGEN RELIGIOSO
A) Música Primitiva De La Cristiandad

Caffarena opina que las peteneras al igual que las saetas tienen su origen en la primitiva música religiosa de la cristiandad, que posteriormente se aflamencaron por la influencia gitana o de algún destacado cantaor o cantaora, adquiriendo un aire totalmente distinto al de su procedencia, y así las saetas derivaran en seguirillas o martinetes y las peteneras en cantes aflamencados, ya sin carácter religioso, e incluso bailable.

Ahondando más en el origen religioso de las peteneras, Caffarena concreta una procedencia sinagogal, pues según él su melodía primitiva era casi un recitado y su letra estaba inspirada, generalmente, en versículos de las Sagradas Escrituras. Incluso recrea una petenera a partir de un salmo de los penitenciales de David y la hace cantar con acompañamiento de armonium consiguiendo con ello el efecto deseado.

B) Origen Gregoriano

Alfredo Arrebola defiende la teoría de que las peteneras están inspiradas musicalmente en los cantos gregorianos. En la ancestral costumbre andaluza de velar a los difuntos en la que se encargaban a mujeres llorar en el velatorio, las plañideras, quienes empleaban la melodía de los cantos gregorianos en sus rezos. También la musicalidad del canto gregoriano será inspiración para los responsos que la iglesia tributaba a sus fieles difuntos. Los gitanos al escuchar estos responsos y cantos de plañideras los adaptarán a sus cantes y crearían la petenera. Por esto, las peteneras produjeron en los gitanos el “mal farium” (es decir, Fatum), cantos de “mal augurio” por relación del cante de la petenera con los cantos de los responsos.

Ramos Romero, autor del libro de Paterna, recoge esta teoría de Arrebola y señala que a principios del siglo XIX aún existía la costumbre en Medina de contratar a plañideras para asistir a los velatorios y entierros. También refiere que en Paterna en el septenario de Dolores y en los sábados a la Virgen de la Soledad se cantaba una copla responso dulcemente alegre y melancólica, que pudo dar pauta a este cante sentimental y melancólico, las peteneras, que posteriormente divulgó nuestra paisana Dolores la Petenera.

C) Origen Judío o Sefardí

Hay la creencia por parte de algunos estudiosos que la petenera es canto de origen semita o sefardí, basándose unos en la letra:

¿Dónde vas bella judía,
tan descompuesta y a deshora?
voy en busca de Rebeco
que está en la sinagoga.


Letra que por cierto tiene su réplica en una antigua saeta a la Virgen de la Soledad:

¿Dónde vas bella paloma,
a deshora de la noche?
voy en busca de mi Hijo
que lo entierran esta noche.

Otros creen que tiene sus raíces en las viejas canciones populares que se conservan en los Balcanes por parte de los judíos sefardíes que fueron expulsados de España a finales del siglo XV, algunas muy similares a determinados cantes flamencos, incluso con la popular copla que se refiere al nombre de la Petenera, la que le atribuye ser “la perdición de los hombres”. En una visita que el Ex presidente de Israel y embajador israelí en España Itzjak Navón, hizo a Córdoba con un cuaderno en el que recopiló canciones sefardíes de las mujeres de su familia expulsadas de dicha ciudad les recitó a dos cantaores una canción; ellos la reconocieron y se la cantaron. Sin embargo se negaron a cantarle otra copla por la que el embajador a continuación les preguntó: la Petenera.


3. ORIGEN EN LA TRADICIÓN LIRICA

A) Cántigas

Para José García Aparicio la Petenera es un cantar de juglaría que figura en el Códice de las Cántigas de Alfonso X el Sabio, recogiendo la opinión del musicólogo Julián de Rivera que afirma que algunas cántigas coinciden completamente con las peteneras. Para este autor son numerosas las coincidencias entre ciertos cantes flamencos como la seguirillas, playeras, soleares, etc. con ciertas melodías sacadas del libro de Alfonso X.

B) Cancionero Popular

Muchos investigadores han comprobado la influencia de la lírica tradicional andaluza en las letras del cante flamenco, constatando la semejanza temática y textual de numerosas coplas flamencas con composiciones recogidas en los cancioneros poéticos y musicales desde los siglos XV y XVI

Al hilo de esta apreciación Estébanez Calderón se refiere a las perteneras como ciertas coplillas que son como seguidillas que van por aire más vivo. Por otra parte, Demófilo incluye a las peteneras, frente a ciertas tonadillas como alegrías y juguetillos, entre los cantes flamencos, debido a ese carácter de canción popular que disfrutaba en el último tercio del siglo XIX y a su amplia generalización en teatros, operas, fiestas, etc.

Letras parecidas a conocidas peteneras también se recogen en otros cancioneros populares como la de Señor alcalde mayor (en Foulché-D. “Seguidilles anciannes” nº 117 y120, p. 318. Revue Hispanique, 8, 1901; y ) , o La Petenera se ha muerto, (“La República se ha muerto” en Cantos Populares Españoles de Rodriguez Marín, 1881; y “El Cerandero se ha muerto” en los cancioneros extremeños).

C) Romancero

Algunos investigadores consideran al romancero como el origen del flamenco. Cuando los gitanos llegan a España incorporaron inmediatamente los romances, –Gerineldo, Conde Olinos, Bernardo del Carpio, Durandarte, Conde Sol... –, a sus repertorios, y convierten la poesía romancesca en “corridos”, (precisamente porque se cantaba en forma corrida y ligada, siendo su extensión considerable). Muchas letras flamencas proceden de romances antiguos muy conocidos.

La pervivencia en Paterna de muchas expresiones populares de la tradición oral, apoyarían la tesis de la influencia del romancero en la creación y desarrollo de las peteneras en nuestro pueblo.

Eso lo corroboraría el hecho de que José de los Reyes “El Negro” cante el romance “Monja a la Fuerza” utilizando la línea melódica de la petenera, máxime si su padre, apodado “Tío Juan el de Paterna”, y del que aprendió muchos de esos antiguos romances que él cantaba, vivió en nuestro pueblo; de ahí el mote. ¿Podría haber recogido “Tío Juan del de Paterna” de la transmisión oral de nuestro pueblo ese romance, cuyo tema aparece como “Chiste de una monja” ya en 1550-1551 en Silva de Romances?. Posiblemente, pues en Paterna aun persisten una rica y variada muestra de antiguos romances. Ya Estébanez Calderón en 1831 se lamentaba en otra de sus Escenas Flamencas, Un Baile en Triana, de que solo en la serranía de Ronda y en tierras de Medina y Jerez, donde nos incluimos, se podían aún oír antiguos romances moriscos musicados como el de Gerineldos, en el que algunos flamencólogos ven indicios de ser su melodía precedente de las peteneras.


4. CREACIÓN DE UNA MUJER DE PATERNA

Según la tradición, el cante de las Peteneras fue creado por una hermosa mujer cantaora de flamenco, una mujer muy guapa, “de rompe y rasga", una rompecorazones de la que se dice que hizo perder la vida a alguno de sus amantes, "la perdición de los hombres". En toro a su figura y vida fatalista se ha tejido toda una leyenda negra sobre la que se ha cimentado la tan traída superstición de mal fario que se le atribuye a este cante, sobre todo entre los gitanos.

Esta mujer, de cautivadora belleza e irresistible encanto, conocida por todos con el nombre de "Petenera" era natural de un pueblo de la provincia de Cádiz, Paterna de Rivera, nuestro pueblo. Así lo afirmaba ya Demófilo a finales del siglo XIX en su Colección de Cantes Flamencos, publicada en 1881, apoyándose en el testimonio del cantaor jerezano Juanelo, quien asesoró al padre de los Machado en su estudio sobre los cantes. Mucha polémica se ha suscitado a partir entonces en cuanto al origen de la Petenera, poniéndose en tela de juicio la afirmación de Juanelo. Sin embargo Demófilo no solo se apoya en Juanelo, quién incluso llegó a escuchar a la Petenera, hecho por sí solo evidente, también nos dice que “convienen todos los cantaores en que son antiguas y en que deben su origen a una cantaora de flamenco llamada Petenera”.

Coetáneo y amigo de Demófilo, Francisco Rodríguez Marín señala (Blanco y Negro, Dic.-1897) que “entre los que a mediados de este siglo (XIX) cantaban, no para divertir sus penas, sino para buscarse la vida... en tertulias, tabernas y cafés figuraba, con muy bien ganado derecho, la Petenera, de cuyo nombre de pila no se ha conservado memoria. Había nacido en Paterna de Ribera (provincia de Cádiz), cantaba como los angeles a decir de los aficionados y la llamaban la Petenera... Bien pudo Juanelo, que la conoció y admiró, hablar del físico de ella a mi buen amigo Machado y Álvarez,...”.

Meses después de publicar Demófilo su Colección de Cantes Flamencos, su amigo Hugo Schuchardt, que había estado en Andalucía en 1879, daba a conocer en una revista filológica alemana su aportación a la investigación del flamenco con “Dies Cantes Flamenco”, que no sería traducido completamente al español hasta 1990. Shuchardt nos dice referente a las peteneras: “Aunque no puedo dar una explicación acertada de la etimología de esa palabra, en cualquier caso considero que son especialmente legendarias las epónimas cantadoras Paternera (del pueblo de Paterna de Rivera) y Soledad, por las que se llaman a las canciones la petenera y la soleá”. Admite pues la existencia de una cantaora llamada Paternera, de Paterna de Rivera, pero no la mujer a la que se refieren las letras del mismo nombre, “pues en ellas (las letras) tan solo se ha personificado la melodía que encanta a todo el mundo”.

Su creadora, una tal Dolores, cantaora natural de Paterna de la Rivera, se dice que habiendo ido a cantar a Triana, se afincó definitivamente en Sevilla. Allí se la llamó al principio la Paternera, y luego, por sucesivas deformaciones, Patenera, Petenera...

Según Marcos Ramos “será Tomás Borrás quien en su libro “Palmas Flamencas” recoja la tradición muy difundida en la villa de eran tres hermanas famosas por su belleza: Dolores, María y Soledad, de las que Dolores sería la conocida “Petenera”. Con este nombre de Dolores la recuerdan sus paisanos. Así lo he recogido de una anciana cifrando los 80, Agustina Colón, quién recuerda de sus padres que Dolores vivía con los suyos en una choza en la Pasadilla de Jiménez, que es la del Salado camino de Puerto Real y que de allí se vinieron a vivir en el Callejón de los Ahorcados, hoy parte de calle Juan Macías, a casa de los Ribera, donde luego tuvo la escuela Antoñita Parra”.

Grupo de Investigación del Flamenco en Paterna “El Alcaucil”

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