Paterna: Flamenca y Cantaora

Hoy en día es un hecho prácticamente aceptado por la mayoría de los investigadores del flamenco que el cante por Peteneras tiene su origen en Paterna de Rivera (Cádiz). Pero Paterna no solo es la Cuna de la Petenera; el cante flamenco es una de sus principales manifestaciones culturales, tan arraigado entre su gente, que ha dado todo un elenco de importantes cantaores de renombrada fama. Y es que el Flamenco y la Petenera son señas de identidad cultural de este blanco pueblo gaditano.

Desde su fundación, “El Alcaucil”, en su afán por recuperar el rico acervo cultural de nuestro pueblo, ha venido desarrollando numerosas actividades en torno al cante, la petenera y la promoción de artistas y aficionados locales. Continuando esta labor de difusión y promoción esta asociación pretende ahora abrir este espacio dedicado al flamenco en Paterna con especial interés en sus cantaores y al cante que le da fama, la Petenera.



2/10/08

EN TORNO A LA PETENERA

Artículo publicado en DIARIO DE CÁDIZ por Fernando Quiñones (desconocemos la fecha)

Como el fandango (puesto que, al fin y al cabo, al igual que las malagueñas o las granadinas, las cartageneras o las rondeñas, no es más que un fandango evolucionado y transformado), la petenera y su calidad se parecen al arroz en que saben a lo que se le eche, al modo de aquel “excipiente neutro” de que nos hablaban las viejas etiquetas de farmacia y que sólo servía para depositar en él las sustancias valiosas y efectivas que acompañaban al producto. Si hay casta en el “cantaor”, si hay fondo de cante en él, la petenera quedará potenciada y engrandecida por su arte; si no los hay, no pasará de ser un objeto menor, extraviado en el enorme almacén del flamenco.

Después de su muy posible y mítica creadora, “Dolores la Petenera» (dicen que de nuestra Paterna de Ribera) y del ensanchamiento con que, en las primeras décadas de este siglo, le aplicó 'Pastora Pavón “Niña de los Peines”, su enorme personalidad, la petenera tiene en nuestros días intérpretes muy valiosos; creo que el primer “resurrector» del género, el que, en la postguerra y a mediados de los cincuenta, la extrajo y expandió todas sus posibilidades, fue el jiennense Rafael Romero, a través de aquella célebre y aún vigente ..Antología del Cante Flamenco», que fue la primera recopilación importante de los distintos géneros y que obtuvo en París el I Premio de la Academia del Disco. Actuales y excelentes intérpretes de la petenera, los hay en cantidad. Quiero acordarme, en justicia y no en amistad, de Pepe Menese, y de Luis de Córdoba, que también las hace muy bien; no digamos, en lógico peso de responsabilidad y patria chica, de “El Perro de Paterna”.

Y la petenera tiene un sitio largo en la poesía y en la narrativa españolas. Tal vez porque, aparte de los buceos etimológicos (al parecer descaminados) paternera-petenera, su nombre suena y sabe a pueblo, a limón y a cuchillo. Al parecer Arcadio de Larrea, el su último libro “El flamenco en su raíz” (Editora Nacional) desliza datos y sugerencias como para hacernos sospechar que la petenera pueda tratarse de un estilo más deslocalizado y más antiguo de cuanto lo veníamos pensando. Pero, al margen de ello, y lo que por fin importa, es la breve y bella entereza de este cante, sea a petenera “sencilla” o la “doble”, aquella de la “Niña de los Peines”. En realidad y como ya se dijo:

“No hay cante chico no grande
lo que cuenta es la grandeza
de quien lo vive en las carnes”

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